Siguiente

Anterior

Índice

2.4 Estructura de los caracteres chinos

En sus orígenes, los primeros caracteres chinos surgieron como dibujos que evocaban los propios conceptos. Este tipo de representación gráfica simple recibe el nombre de pictograma. El origen pictórico es más evidente en las formas redondeadas antiguas que en las formas estilizadas y angulosas de uso actual, pero la evolución desde el dibujo primitivo resulta aún evidente en algunos de los caracteres más básicos, como los que se muestran en la figura.

Las formas arcaicas, a la izquierda, de los caracteres que representan las palabras sol y montañas revelan el origen pictográfico de sus formas actuales, a la derecha.

Estos caracteres, en su forma actual, permanecen en uso pero no necesariamente con su significado original. Así, por ejemplo, el carácter del sol se utiliza aún en la actualidad con el sentido de día, pero a excepción de algunas frases hechas de origen clásico no se emplea ya en la acepción original de sol, que ha sido asumida por la palabra china moderna 太陽 tàiyáng. Este es un punto muy importante, que desarrollaremos en más detalle en la sección siguiente y que se ha de tener claro desde el principio: el significado clásico de los caracteres aislados no se corresponde necesariamente con las palabras chinas de uso moderno. Sol fue en chino antiguo, como ojo fue o árbol fue , pero muchas de estas palabras antiguas perviven en la lengua actual únicamente como elementos fosilizados que forman parte de otras palabras, o bien con significados alternativos.

Una forma ligeramente más evolucionada del concepto de pictograma es el de ideograma, en el que la representación gráfica de una idea es más abstracta que un simple dibujo de un objeto. Un ejemplo de ideograma sería el carácter qiú, que en chino clásico significa prisionero o encarcelar, y que muestra el pictograma de la persona, , dentro de un recinto cerrado. En el chino actual, este carácter aparece en el sustantivo 囚犯 qiúfàn, prisionero. Otros casos de ideogramas similares son los caracteres sēn y lín, en los que la presencia de varios árboles representa el concepto de bosque. El sustantivo moderno bosque agrupa ambos caracteres en el término bisílabo 森林 sēnlín. Este uso de cinco árboles para escribir el sustantivo moderno bosque constituye uno de los pocos ejemplos de representación claramente ideográfica que han llegado hasta el idioma actual.

El modelo de pictogramas e ideogramas para representar el vocabulario de una lengua choca sin embargo con grandes limitaciones más allá de un subconjunto léxico muy básico. La representación pictórica puede aplicarse con éxito a algunos conceptos muy concretos como árbol, montaña, persona o sol, e incluso a algunas ideas abstractas como las de arriba ( shàng) y abajo ( xià), pero ¿cómo diferenciar con un dibujo una mosca de una abeja? ¿O una abeja de una avispa? ¿Cómo representar pictóricamente conceptos abstractos como aceptar, rechazar, apoyar? ¿O expresiones adverbiales como siempre y nunca? ¿O elementos conjuntivos como pero o aunque? Por mucha fantasía que le pudiera echar un artista, resulta difícil imaginar un sistema puramente pictográfico que lograra representar todo el vocabulario de una lengua. Esta es una dificultad que ha surgido históricamente en todos los sistemas de escritura de tipo ideográfico.

Resulta evidente entonces que el sistema de pictogramas e ideogramas permite hacer inscripciones simples de tipo ritual y comercial en las que se detalla qué ofrenda se ha hecho o cuántas vacas se han vendido, pero su extensión para representar todo el lenguaje hablado es sencillamente imposible. La solución a este problema parece haber sido la misma en todos los sistemas de escritura de tipo ideográfico, como en los casos de los jeroglíficos egipcios y mayas, y consiste en la reutilización con valor fonético de los signos más básicos1. De esa manera, los sistemas ideográficos pasaron a ser fonéticos, capaces de representar cualquier palabra del lenguaje oral. Para entender esta idea, pensemos en el carácter , caballo. Su origen está en el dibujo de un caballo y ese es precisamente su significado básico. Ahora bien, una vez que el hablante del chino primitivo hubo interiorizado la asociación entre el signo y la palabra se genera una nueva asociación mental entre el signo gráfico y su lectura2. Esto llevó a que los chinos antiguos comenzaran a escribir no solo en su sentido de caballo sino también para representar la sílaba que pudiera aparecer en otros elementos léxicos para los que aún no existía un símbolo convencional.

Un ejemplo de este uso fonético lo encontramos en la palabra hormiga. El término correspondiente en chino es una palabra bisílaba cuya pronunciación en mandarín moderno es mǎyì. Para escribir esta palabra, los chinos de la antigüedad recurrieron a dos caracteres: el caballo para la primera sílaba y , carácter complicado que significa justicia, para la segunda. De esta manera, por pura analogía fonética, hormiga se empezó a escribir como 馬義. Ahora bien, este tipo de uso fonético de los caracteres podría dar lugar a confusión, especialmente si tenemos en cuenta que los pictogramas e ideogramas existentes no cubrían todos los sonidos del idioma y esta reutilización fonética se hacía a veces de manera aproximada. Para evitar confusiones, los escribas chinos de la antigüedad optaron en muchos casos por clarificar estos usos fonéticos mediante leves modificaciones en que se añadían a los caracteres originales elementos adicionales para aclararar su uso. Así, a los caracteres utilizados en los nombres de insectos y animales pequeños se les añadió en el lado izquierdo una versión reducida del carácter , que originalmente significa bicho. De esa manera, la escritura de la palabra hormiga se consolidó como 螞蟻, donde el componente se encoge para dejar espacio al carácter original, que asume la función de parte fonética. De esta manera, los lectores acabarían asociando directamente la grafía 螞蟻 con la palabra hablada mǎyì y el sistema de escritura adquiere dos nuevos caracteres y . A estos caracteres cuyo origen está en una reutilización fonética de otros caracteres más básicos se les llama a veces fonogramas.

Así pues, los fonogramas se componen por lo general de la combinación de un carácter con valor puramente fonético con un elemento semántico que aporta un indicio respecto a la categoría de significado para la que se utiliza el carácter. Entre los ejemplos de ideogramas vimos el carácter , morfema con significado de prisionero, y el de , morfema con significado de bosque. En el chino antiguo existió un verbo nadar que se pronunciaba de manera similar a y también un verbo empapar que se pronunciaba de manera similar a . Siguiendo el modelo de los fonogramas, no es sorprendente que los escribas, en lugar de inventarse nuevos dibujos rocambolescos que otros no habrían comprendido, reutilizaran estos caracteres para estos verbos, clarificándolos, eso sí, con el elemento semántico del agua (), las llamadas tres gotas que suelen aparecer en los caracteres que tienen algún significado relacionado con el agua o los líquidos. De esa manera, el verbo nadar pasó a escribirse y el verbo empapar pasó a escribirse . Estas palabras antiguas perviven hoy en algunas palabras bisílabas modernas, como 泅渡 qiúdù, cruzar a nado y 淋浴 línyù, ducha. El lector habrá observado que los segundos elementos de estas palabras modernas son también fonogramas del mismo estilo. A estos elementos como y , que se añaden a otros caracteres para reutilizarlos por su valor fonético, les llamaremos clarificadores semánticos.

La evolución natural desde pictogramas como y hasta fonogramas como y nos ayuda a entender la evolución de la escritura china, desde una escritura muy primitiva de pictogramas hasta una escritura que permite representar cualquier palabra de la lengua en bloques silábicos de contenido fonético. La capacidad productiva de los fonogramas hace que la inmensa mayoría de los caracteres chinos en uso actual sean de este tipo.

Nótese que este sistema para crear caracteres nuevos como fonogramas basados en un carácter modificado mediante un clarificador semántico ha continuado siendo productivo hasta nuestros días. Un ejemplo interesante lo encontramos en los elementos químicos. Elementos desconocidos en la antigüedad como el uranio o el xenón se escriben en la actualidad con caracteres acuñados según el modelo de los fonogramas. Así, el término uranio se ha incorporado al chino con la pronunciación yóu, basada en la primera sílaba del nombre inglés y su escritura se ha basado en el carácter , que tiene la misma pronunciación, con el añadido del clarificador semántico propio de los metales. Esto nos da el carácter moderno . En el caso del xenón, la pronunciación mandarinizada de la primera sílaba del nombre inglés es xiān, y el nuevo carácter se ha construido a partir de la parte fonética , el carácter de la montaña, pronunciado por sí solo shān, pero que se utiliza también como parte fonética de varios caracteres de pronunciación xian. Combinando esta parte fonética con el clarificador semántico de los gases , obtenemos el carácter moderno del xenón: .

En esta introducción a los caracteres, hemos diferenciado entre tres tipos, pictogramas, ideogramas y fonogramas, haciendo una clasificación más sencilla que la tradicional china en la que se distinguen seis tipos. La clasificación tradicional china se generalizó a partir de un diccionario de caracteres de la antigüedad, el 說文解字 Shuō wén jiě zì, compilado por Xǔ Shèn (許慎), aunque está ya documentada en obras anteriores. En esa clasificación tradicional, el concepto de ideogramas presentado aquí puede dividirse en tres tipos, dependiendo de la estrategia gráfica empleada para representar la idea, y los fonogramas en dos, dependiendo de la presencia o ausencia de un clarificador semántico3. La clasificación tradicional china es un poco confusa y, en mi opinión, la distinción en tres categorías es más sencilla y útil.

1. A esta reutilización de pictogramas o ideogramas por su valor fonético se le llama en lingüística el principio rebus (en inglés the rebus principle). Este tecnicismo procede del uso inglés de la expresión latina rebus (por las cosas, ablativo plural de res) para designar el pasatiempo al que en España se suele llamar jeroglífico.

2. En todos los ejemplos utilizamos por simplicidad didáctica la transcripción convencional de la pronunciación actual de los caracteres. Evidentemente la pronunciación en el chino antiguo era bastante diferente de la del mandarín actual.

3. Los detalles de la clasificación tradicional china de los caracteres pueden consultarse en el artículo de la Wikipedia en inglés Chinese character classification.

Siguiente

Anterior

Índice

Creative Commons License

Los contenidos de apuntesdechino.com se publican bajo licencia
Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España.